Título: | El naranjero. |
Soporte: | Lienzo de algodón. |
Pintura: | Óleo. |
Tamaño: | Lienzo visible: 92cm. (ancho) x 65cm. (alto). |
Notas: | Obra única basada en fotografía original de la autora. |
PRECIO: | 99.990 € |
Inspiración y génesis: un encuentro fortuito
La génesis de esta obra reside en un encuentro casual con la naturaleza.
Un día, mientras observaba mi naranjero a la luz del atardecer, me topé con una telaraña de exquisita perfección tejida por una araña espectacular, plateada y hermosa.
Fascinada por la belleza y fragilidad de esta creación natural, capturé la imagen en una fotografía que se convertiría en el germen de este óleo.
Realismo meticuloso: tejiendo la realidad
Mi objetivo principal en esta obra era plasmar la telaraña con la máxima fidelidad a la realidad. Pero sin caer en el híper realismo, algo que a mi juicio mata la creatividad. ¡Para eso ya tenía la fotografía!
Para ello, empleé un pincel fino con el que recreé cada hebra y cada gota de rocío con minuciosa precisión, invitando al espectador a adentrarse en los detalles sutiles de este microcosmos natural.
Más allá de la precisión en la representación de la telaraña, busqué captar la esencia de la escena a través de la textura. La piel de la naranja, rugosa y vibrante bajo la luz del atardecer, contrasta con la delicada fragilidad de la telaraña, creando un diálogo visual que enriquece la composición.
Un pedazo del jardín: raíces en la memoria
La obra se nutre de mi experiencia personal.
El naranjero que sirve de escenario a la telaraña pertenece a mi propio jardín, un espacio íntimo y familiar que impregna la obra de un halo de nostalgia y conexión con la naturaleza.
El óleo se basa en una fotografía original tomada por mí, una instantánea que inmortalizó la belleza efímera de la telaraña y sirvió como trampolín para la exploración artística.
La fotografía nutre la obra, pero no la limita; me sirvo de ella como base para reinterpretar la escena y plasmar mi propia visión creativa.
Más allá de la representación: una invitación a la contemplación
La obra trasciende la mera representación de una escena natural.
Quiero invitarte a contemplar la belleza y la fragilidad de la naturaleza, a apreciar los detalles que a menudo pasan desapercibidos y a reflexionar sobre la interconexión entre todos los seres vivos.
En definitiva, este óleo es un homenaje a la naturaleza en toda su esplendorosa simplicidad.
La telaraña, símbolo de la fragilidad y la fugacidad de la vida, se convierte en protagonista de una obra que nos invita a apreciar la belleza que nos rodea y a ser conscientes de la importancia de preservar nuestro entorno natural.
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