Título: | Flores de frutal. |
Soporte: | Cartón de acuarela. |
Pintura: | Acuarela. |
Tamaño: | 21 cm. (ancho) x 15 cm. (alto). |
Notas: | Terminada en enero de 2019, fue un intento de volver a probar las acuarelas. |
PRECIO: | 1.390 € |
Un regalo inesperado, un torrente de emociones
Un regalo que se convirtió en la llave que me abrió las puertas a una nueva expresión artística. Un lienzo en blanco, un pincel sediento de color y una artista dispuesta a explorar un terreno desconocido: las acuarelas.
Mis manos, acostumbradas a la textura densa del óleo, se deslizaban suavemente sobre el papel. El agua, elemento vital para la vida, se convertía ahora en el medio para plasmar emociones. Cada gota, una caricia, cada pincelada, eran un susurro.
Los colores, antes densos y opacas, se diluían en una danza de transparencias. La luz se filtraba a través de ellos, creando una atmósfera etérea, casi mágica. Así que me dejaba llevar por la fluidez del agua, permitiendo que los colores se mezclaran y se fundieran libremente.
En cada trazo, en cada mancha de color, se reflejaba una emoción: la alegría del descubrimiento, la sorpresa ante lo nuevo, la emoción de la creación. Me sumergía en el proceso, olvidando el mundo exterior, conectando con mi yo más íntimo.
Al final, el resultado era una obra única e irrepetible, fruto de la experimentación y la libertad creativa. Un regalo simple había abierto las puertas a un universo de posibilidades, a una nueva forma de expresarse, de sentir y de conectar con el mundo.
(Pero, aún así, sigo eligiendo los óleos.)
Un torrente de emociones
La acuarela, con su fluidez y transparencia, se convirtió en el espejo de mi alma. No buscaba la perfección, sino la autenticidad. Mi obra es un reflejo de mi ser, de mis experiencias, de mi huerto y de mis sentimientos. Una obra imperfecta, sí, pero llena de vida y de verdad.
Es el fruto de un regalo que sigue dando alegrías de vez en cuando, cuando necesito descansar de mis óleos, porque como en las relaciones fuertes, a veces se necesita distancia.
Este simple set de acuarelas se convirtió en un regalo invaluable. Un regalo que abrió las puertas a la creatividad, a la libertad de expresión y a la conexión con uno mismo. Un regalo que sigue dando, que sigue inspirando y que sigue emocionando.
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