Título: | Geranio. |
Soporte: | Lienzo de algodón. |
Pintura: | Óleo. |
Tamaño: | Lienzo visible: 40cm. (ancho) x 65cm. (alto). |
Notas: | Obra original sobre macrofotografía de Ángel Cabrera. Aunque parece una rosa, se trata de una inflorescencia individual de una flor de geranio. |
PRECIO: | 14.900 € |
El Geranio: una revisión emocional
Este óleo representa una inflorescencia de un geranio, una obra nacida en la etapa de las macrofotografías que mi pareja, Ángel Cabrera, subía a su perfil de Instagram. Una imagen capturada con un móvil y una lente de aumento y que me conmovió porque demuestra aquello de cómo es lo grande, es lo pequeño.
Cuando cualquier persona veía la foto (o cuando ven el cuadro) siempre piensan en una rosa. Una flor cientos de veces más grande. No se dan cuenta que los microcosmos que nos rodean son el reflejo de los macrocosmos. O tal vez al revés. (Para que tengas una referencia, esa inflorescencia es del tamaño de una araña o una pequeña abeja.)
El cuadro se nutre de esta imagen suya, capturada con minuciosa atención al detalle. Esta pieza representa una época de exploración artística para mí, donde los fondos adquirían una relevancia hasta entonces desconocida. Me di cuenta que el primer plano le da sentido a la obra pero el fondo le da contexto y lo uno sin lo otro pierde significado.
Más que una simple representación floral, el Geranio es un homenaje a la belleza efímera de la naturaleza, capturada en su máxima expresión. Cada pincelada refleja mi fascinación por la intrincada textura de sus pétalos, la delicadeza de sus tallos y la vibrante paleta de colores que la componen.
Pintar esta obra fue una experiencia profundamente placentera, un ejercicio de minuciosidad y paciencia que me permitió conectar con la esencia misma de la flor. Al observar el cuadro terminado, me invade una sensación de serenidad y plenitud, como si me encontrara frente a una ventana que se abre a un oasis de paz y armonía.
Sin embargo, el Geranio no solo despierta en mí una admiración estética, sino que también evoca emociones más profundas. La fragilidad de la flor me recuerda la fugacidad de la vida, la importancia de apreciar cada instante y cultivar la belleza en nuestro entorno.
En definitiva, el Geranio es una obra que trasciende su mera representación pictórica para convertirse en un símbolo de la belleza efímera de la naturaleza, la importancia de la minuciosidad y la conexión profunda con el mundo que nos rodea.
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